Intervención en prisiones

Desestructuración familiar, delincuencia, enfermedades, marginación... solo son algunas de las múltiples secuelas derivadas del abuso de drogas.

Los delitos relacionados con el uso, y abuso, de drogas siguen siendo una de las principales causas de nuevos ingresos en prisión (un valor de término medio o superior al 50% de los nuevos ingresos anuales en prisión). Un porcentaje tan elevado de reclusos drogodependientes hace, necesariamente, que sea también elevado el Nº de portadores VIH o enfermos de SIDA que se encuentran en prisión.

Incluso hoy no es infrecuente que se den nuevos casos de infección VIH ya que las prácticas de riesgo lejos de desaparecer aumentan tanto en el consumo de drogas como en las relaciones sexuales. Compartir jeringas o material de inyección y mantener relaciones sexuales sin preservativo son prácticas habituales en las prisiones lo que hace que la hepatitis,  tuberculosis, o el VIH,  encuentren un terreno propicio para  su transmisión e desenvolvimiento.

El hecho de ser portador VIH o enfermo de SIDA, dentro da prisión, hace que toda la problemática asociada cobre un carácter aun de mayor relevancia dado que el aislamiento socio-familiar que necesariamente el medio soporta.

Dar una respuesta  al VIH/SIDA en el medio penitenciario viene siendo pues una de las  inquietudes del Comité Cidadán Anti-SIDA de Ourense por lo que estamos  a desenvolver, en el Centro Penitenciario de Pereiro de Aguiar, el Proyecto de Prevención, Asesoramiento y Apoyo Emocional en VIH/SIDA con Población Reclusa, destinado tanto a población reclusa en general como, de hecho específico, los afectados por el VIH-SIDA.